Su mente recorría los pasillos de la escuela, no por las lecciones, sino por las aventuras que esperaban.
La maestra misma no era ajena a la tentación.
En los rincones del colegio, las lecciones íntimas se impartían con fervor.
En Springfield, las clases se volvían xxx.
Una linda novata recibía una iniciación inolvidable.
Despertar y ser el único chico en la clase era una sensación extraña.
Mi compañera culona no quería estudiar, sino que la llenara de placer.
Y los compañeros, después de clases, exploraban su propio placer.
Hasta en Japón, las colegialas eran follladas por su profesor en clases muy especiales.