Su presencia encendía la pasión. Sabía que esta noche sería inolvidable.
El deseo era ardiente.
La penetración fue intensa y sin piedad.
El placer la desbordaba.
No le importaba ser empapada de leche.
La experiencia fue inolvidable.
Los gemidos resonaban en la casa.
Dejó el hogar exhausta pero feliz.
El jefe siempre la desearía.
Y la niñera seguiría siendo la tentación.